La diabetes mellitus, conocida generalmente como simplemente diabetes, es una enfermedad endocrina que afecta la producción de insulina por parte del páncreas, o la capacidad del cuerpo de responder a ella, resultando en niveles de azúcar en la sangre sostenidamente elevados.
Hay 2 tipos principales de diabetes, conocidos como tipo 1 y tipo 2. El primero consiste en la cesación de producción de insulina en el páncreas producto de un ataque autoinmune, el cual destruye las células que producen la hormona. En el segundo, el páncreas no produce la insulina suficiente para mantener la glicemia (nivel de azúcar en la sangre) bajo control. Adicionalmente, la diabetes gestacional afecta a las mujeres embarazadas y tiene una presentación similar al tipo 2. Suele desaparecer al final del embarazo.
Las causas de la diabetes son varias, pero entre las más importantes hay: tener sobrepeso, tener antecedentes de diabetes tipo 2 en la familia, tener hipertensión arterial, no seguir una dieta saludable, o tomar medicamentos como esteroides por un tiempo prolongado.
Los síntomas de esta enfermedad pueden incluir: pérdida de peso no intencional, sed persistente, micción frecuente, fatiga, visión borrosa y tener heridas que sanan lentamente.
El tratamiento de la diabetes consiste principalmente en inyecciones de insulina para el tipo 1, y monitoreos para el tipo 2. Debido a que se trata de una enfermedad crónica, estos tratamientos deben realizarse de por vida en la mayoría de los casos.
No hay forma conocida de prevenir la diabetes tipo 1, pero la tipo 2 se puede evitar manteniéndose en un peso adecuado, haciendo ejercicio, dejando de fumar y comiendo saludable.
Manejada apropiadamente, es posible vivir una vida relativamente normal con esta enfermedad, haciendo los ajustes necesarios. El paciente tendrá que medir sus niveles de azúcar en la sangre y asegurarse de que se encuentren en los intervalos normales.